Las Parafinas, un derivado del Petróleo.

Las parafinas, paraffinum, petrolatum, vaselinas o aceite mineral, son un grupo de hidrocarburos derivados del petróleo, y en menor medida, del carbón. Son de origen mineral porque se extraen de la tierra pero en su producción se generan una serie de impurezas tóxicas contaminantes que pueden llegar a ser cancerígenas.
Los aceites de parafina son un componente base muy ventajoso para el fabricante de cosméticos:
-Fáciles de trabajar.
-Muy baratos.
-Permiten obtener emulsiones inodoras.
-Se conservan bien.
La parafina es un aceite mineral blanco altamente refinado, inodoro, insípido y ceroso. Se puede almacenar durante largos periodos de tiempo sin que pierdan color ni huelan. Se pueden producir cantidades importantes para un precio de reventa bajo y lo que es más importante, el aceite de parafina no se oxida, así se evita utilizar antioxidantes contra el enranciamiento *
También debemos recordar que el petróleo no es un recurso renovable, de esta manera «contribuimos» a un mundo menos sostenible.
Propiedades.
Leyendo esto podemos pensar que nos va a costar ver en el mercado parafinas, pues estamos equivocados. La parafina es muy habitual en cosmética, incluso es prescrita por médicos en pomadas y otros ungüentos.
Para alteraciones de deshidratación cutánea severas sería el producto ideal, hay tratamientos dérmicos en centros estéticos a base de parafina para pies, manos y rostro muy útiles. Incluso en algunas civilizaciones son utilizadas como aislante térmico corporal.
Al aplicarla sobre la piel se forma una película que retiene la pérdida de la hidratación, mantiene la temperatura de la piel y tras su aplicación podemos observar una piel suave, tersa y uniforme.
«Entonces las parafinas no son malas.»
Bajo nuestro punto de vista, no son recomendables y os vamos a contar el por qué:
-Las parafinas son un producto comedogénico, y vosotros diréis.. ¿comedoqueee? Pues que obstruye el poro y no es nada recomendable en pieles acnéicas o grasas.
-Al taponar el poro imposibilita una de las funciones más importante de la piel, como es la metabólica y excretora. Esto conlleva a que la piel comienza a acumular impurezas, impidiendo que «respire».
-No nutren la piel. Su estructura molecular hace que no puedan penetrar en las capas profundas de la piel para que los nutrientes lleguen a todas sus capas.
-No son biodegradables, no se eliminan de nuestra piel en mucho tiempo, solo mediante arrastre mecánico en lavados de manos y corporales.
Altera el equilibrio hidro-lipídico de la piel. Con lo que hacen a las personas que los emplean “adictas” por el efecto rebote de sequedad que producen al ser retirados.
No queremos ser alarmistas asegurando que son cancerígenas, aunque hay estudios que hablan de que un uso continuado, o por penetración en el organismo vía «mano-boca» podría estar relacionado con algún tipo de enfermedad o cáncer.

Se encuentran en muchos hidratantes cutáneos. Pero además se encuentran en labiales, con lo fina que es esa dermis e, incluso, en hidratantes vaginales, con lo permeable que es esa membrana, por lo que ahí resultan más nocivos.
Las podemos encontrar en aceite de bebé, bálsamo para los labios, lápiz labial, brillo de labios, máscara de pestañas, cremas hidratantes, corrector base, polvo facial, gel para el cabello, gel de baño, sombra de ojos, tratamientos de parafina, vaselina, y acondicionador para el cabello.
Las conclusiones las debéis sacar vosotros. Sabemos que la Cosmética (y la Natural menos) no es un sector demasiado bien regulado, hay listas de productos prohibidos pero también hay ingredientes que, estando permitidos, no son del todo recomendables. Y este sería uno de ellos.
Sin embargo existen productos farmacéuticos o de parafarmacia que contienen vaselinas, parafinas o derivados y médicos que las prescriben. Del todo perjudiciales no deberán de ser. Y en tratamientos puntuales puede ser beneficioso siempre y cuando sea parafina blanca.
Por eso dejamos a la libre elección del consumidor el uso y abuso de productos cosméticos que contengan parafina, vaselina o aceite mineral. Nosotros lo tenemos claro…. ¡Nos olemos en Caléndula!