Perfumes que, al cerrar los ojos, nos recuerdan…

Perfumes que, al cerrar los ojos, nos recuerdan personas.

Esa sensación de pasar por un sitio de comidas o entrar al rellano de casa y pensar: «aquí huele a madre», cuando identificamos el olor de un buen caldo o un estofado. Hay perfumes que, al cerrar los ojos, nos recuerdan personas, situaciones, momentos, emociones. También identificamos a nuestras madres con perfumes, no sólo con manjares (incluimos a las abuelas).

Al igual que la comida, el perfume es una delicia para nuestros sentidos. Desde sus orígenes, se utilizó para protegernos de los peligros (algunos animales lo utilizan con grandes resultados), pero desde hace siglos su función es la de resultar agradable y atractivo a los demás.perfumes-que-alcerrar-los-ojos-nos-recuerdan

Nos provocan sensaciones y estados de ánimo, despiertan recuerdos y pueden contribuir a cambiarnos el humor. Cuando percibimos un olor, nuestro cerebro lo asocia a la situación en la que aparece, y nos la trae a la mente cuando, incluso después de mucho tiempo, ese mismo olor se nos vuelve a presentar.

¿Cuántas veces, oliendo esos perfumes, nos acordamos de alguien que conocemos que lleva o solía llevar esa misma fragancia? Y  la sensación o el recuerdo puede ser agradable o no.. , el perfume puede ser exquisito pero el recuerdo que nos trae puede ser totalmente contrario. Supongo que os habrá pasado.

Pero no se trata sólo de sensaciones relacionadas con nuestra memoria. Los perfumes tienen la capacidad de alterar nuestro estado de ánimo. El olor de los cítricos, naranja, limón, bergamota, puede transmitir energía y buen humor. Otros aromas tienen un poder afrodisíaco, como el musgo, el ámber o algunas maderas. La manzanilla y la lavanda, en cambio, tienen un benéfico efecto relajante.

También influye en el sentido del gusto. Nuestra lengua sólo distingue entre dulce, amargo, ácido y salado. Todo lo que comemos y bebemos, pasa ante todo por el olfato, y la información de su olor se asocia, en nuestro cerebro, con el “sabor” de aquella comida o bebida.

La última tendencia  es la de usar los perfumes con fines comerciales, basándose en lo que llaman “scent marketing“. Algunas tiendas ya están experimentando los efectos de determinadas fragancias esparcidas en el ambiente, en los maniquíes o en la ropa de los comerciales, que estimularían a los clientes a comprar.

En nuestro caso, sois vosotros los que esparcís el perfume en Caléndula , cuando venís con la intención de probar nuevas fragancias, por eso cada día huele diferente al entrar.

En futuras entradas os hablaremos de las familias olfativas y otras curiosidades, hasta entonces recibe un abrazo y..

                                          ¡Nos olemos en Caléndula!

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