Aceite de Argán, el Oro líquido de Marruecos

Aceite de Argán, el Oro líquido de Marruecos.

Os hablaremos en esta entrada del Aceite de Argán, el Oro líquido de Marruecos. Un producto con miles de años a sus espaldas y en peligro de extinción desde el descubrimiento de sus propiedades cosméticas. Declarado Patrimonio Universal por la UNESCO desde 1998, ha visto cómo cada año se pierden más de 600 hectáreas de arganes.

Un poco de Historia.

El Argán es un vestigio de la Era Terciaria, que está sufriendo las consecuencias de la sobreexplotación, la tala descontrolada, el urbanismo, el turismo, etc. La propiedad principal de este árbol es su capacidad para atrapar la humedad atmosférica durante la noche, para devolver parte de ella al subsuelo, en una zona desértica como es el Sahara.

El argán da sus frutos entre mayo y junio. Éstos tienen un aspecto parecido a la aceituna pero más grandes y redondos. Encierran una almendra muy dura que contiene hasta tres semillas de las que se extraerá el aceite. En la actualidad se recolectan los frutos por vareo y se ponen a secar al sol.

La tradición

 Al escasear el pasto, las cabras se subían a los árboles de argán para comer sus brotes y sus frutos. De vuelta al suelo, rumiaban y regurgitaban los huesos de los frutos. Era una forma cómoda de recolectar las almendras sin correr el riesgo de pincharse; son las llamadas «almendras de cabras».

Extrayendo las semillas del argán.

La imagen de la cabra encaramada en las ramas del argán, alimentándose de sus frutos, ya no se existe en la actualidad, pero aún quedan sitios aislados en los que pueden verse cabras en los árboles como reclamo turístico, no deja de ser una postal curiosa. Por motivos obvios de calidad sanitaria, hoy en día, en las cooperativas tradicionales, las cabras tienen prohibido el acceso a los arganes y se llevan a cabo labores de poda para que no puedan trepar.

Cuando los frutos están secos, se retira la pulpa para  extraer la almendra, descascarillarla con medios manuales y conseguir sus semillas. Éstas se tuestan, se muelen y se prensan para conseguir el aceite de argán alimentario. Esta torrefacción le confiere al aceite una fragancia característica a avellana y un color dorado ámbar.
Para elaborar el aceite cosmético, no se tuestan las semillas y se prensan en frío. De ahí que el aceite de argán cosmético tenga un color más neutro y su olor sea tan suave.aceite-de-argán

Propiedades.

Como siempre hemos hecho en Caléndula, nos vamos a centrar en las propiedades cosméticas, dejando para quien entienda los beneficios energéticos o alimentarios del aceite de argán.

El aceite de argán puro, de primera prensada en frío, sin tostar sus almendras (en ese caso sería para fin alimentario) es una joya para el cuidado de nuestro rostro, cabello, uñas o cuerpo. No obstruye el poro  y por este motivo está indicado para todo tipo de piel, incluido las grasas.

Está compuesto hasta en un 80% de ácidos grasos esenciales, contiene grandes cantidades de Vitamina E (unos 700 mg/kg), casi tres veces más que el aceite de oliva. Es el perfecto antioxidante, recomendado para tratamientos antiedad: suaviza la piel, la hidrata y la protege de la sequedad, aportando una gran elasticidad y luminosidad a nuestra piel. Así como para tratamientos contra el acné o las estrías.

En el masaje corporal, nos permite unir el placer sensual del masaje con el beneficio de la vitamina E, aportando hidratación, nutrientes y suavidad a la piel después del baño o de la ducha. Se recomienda su uso en quemaduras solares e irritaciones cutáneas; el aceite aliviará la sensación de ardor, picor, quemazón y tirantez.

También se utiliza para uñas quebradizas o abiertas en capas. Las fortalece y protege de las agresiones externas.

¿Cómo saber si es un buen aceite de argán cosmético?

Con fijarnos en tres puntos muy sencillos sabremos que no nos dan «gato por liebre». Es importante el apunte que os dimos de la diferencia entre aceite cosmético y alimentario. Por eso, a la hora de comprar aceite de argán tendremos en cuenta  su olor, su color y su rápida absorción.

El olor: Un buen aceite de argán cosmético carece de olor extraño o desagradable; no huele, ni a tostado ni a cabra ya que ha sido prensado en frío. 

El color: El aceite de argán se caracteriza por un color natural dorado. Un aceite demasiado claro es indicio de excesivo refinado, por lo contrario un aceite demasiado oscuro es un aceite que ha sido calentado.

Capacidad de absorción: El aceite de argán se caracteriza por su capacidad de hidratación profunda. Contrariamente a otros aceites, no engrasa la piel. Una simple aplicación y un suave masaje circular consiguen su total penetración al cabo de un par de minutos.

Nos hemos apoyado en información de arganbio.es y en imágenes de morguefile.com. Esperamos que sea de vuestro agrado, que compartas si te apetece ayudar a difundir sus beneficios y que sigas tan fiel a nosotros como hasta ahora.

Un abrazo y……¡Nos olemos en Caléndula!

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